El siglo XX nos ha dado grandes inventos que nos han facilitado bastante las situaciones cotidianas. En toda referencia a la historia de la ciencia y la tecnología, es preciso distinguir entre la fecha de una invención o un descubrimiento y el momento en que comienza a hacerse sentir su impacto social. A veces el intervalo es muy breve, pero en otras ocasiones puede medirse en años o incluso en décadas. Por otra parte, las consecuencias se pueden sentir más rápidamente en algunos sitios que en otros y es posible que nunca lleguen a los parajes más remotos.

El láser.

En mayo de 1960, el físico estadounidense Theodore Harold Maiman consiguió, mediante un cristal de rubí, la emisión del primer impulso de luz coherente a partir de un láser. El término láser, acrónimo proveniente de la expresión inglesa «light amplification by stimulated emission of radiation», define un sistema de amplificación de luz por emisión estimulada de radiación con el que se obtienen haces de luz coherente, es decir, en la que todos los fotones se propagan en fase, oscilan a la par, creando interferencias constructivas y por lo tanto aumentando su amplitud, y obteniendo finalmente una emisión luminosa muy intensa, con muy poca dispersión y de un color muy puro.